¿Está muerto el MBA? La estrella de las escuelas de negocios se renueva para sobrevivir
Tambores de guerra agitan al producto estrella de las escuelas de negocios, el MBA o Máster en Administración de Empresas. Llegan de Estados Unidos, donde fue creado, y de Reino Unido, como suele ocurrir con casi todas las tendencias de este sector. Allí van creciendo el número de centros de formación de directivos que los retiran de su oferta. Los dan por muertos. Primero fue la prestigiosa London School of Economics; ahora es el King’s College de Londres, la Universidad de Wisconsin-Madison, la Tippie College of Business (Iowa) y la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte. En su lugar, estas instituciones han lanzado programas de big data, business analytics o inteligencia artificial, las nuevas herramientas que el mercado demanda a los ejecutivos.
Algunas abandonan el MBA a tiempo completo (de uno o dos años de duración y para el que se pide poca experiencia laboral) por falta de alumnos o porque se trata de un programa cuyos costes son muy caros; otras, porque no aportan valor añadido sobre la extensa oferta de sus competidores y prefieren centrarse en los posgrados, donde sí ofrecen este diferencial; y otras, porque pierden dinero con este emblemático producto. Y todas se muestran satisfechas por su decisión de retirarlo del mercado.
Tambores de guerra agitan al producto estrella de las escuelas de negocios, el MBA o Máster en Administración de Empresas. Llegan de Estados Unidos, donde fue creado, y de Reino Unido, como suele ocurrir con casi todas las tendencias de este sector. Allí van creciendo el número de centros de formación de directivos que los retiran de su oferta. Los dan por muertos. Primero fue la prestigiosa London School of Economics; ahora es el King’s College de Londres, la Universidad de Wisconsin-Madison, la Tippie College of Business (Iowa) y la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte. En su lugar, estas instituciones han lanzado programas de big data, business analytics o inteligencia artificial, las nuevas herramientas que el mercado demanda a los ejecutivos.
En algunas instituciones los programas de administración de empresas llegan a representar hasta el 45% de sus ingresos
Algunas abandonan el MBA a tiempo completo (de uno o dos años de duración y para el que se pide poca experiencia laboral) por falta de alumnos o porque se trata de un programa cuyos costes son muy caros; otras, porque no aportan valor añadido sobre la extensa oferta de sus competidores y prefieren centrarse en los posgrados, donde sí ofrecen este diferencial; y otras, porque pierden dinero con este emblemático producto. Y todas se muestran satisfechas por su decisión de retirarlo del mercado.
Algunas abandonan el MBA a tiempo completo (de uno o dos años de duración y para el que se pide poca experiencia laboral) por falta de alumnos o porque se trata de un programa cuyos costes son muy caros; otras, porque no aportan valor añadido sobre la extensa oferta de sus competidores y prefieren centrarse en los posgrados, donde sí ofrecen este diferencial; y otras, porque pierden dinero con este emblemático producto. Y todas se muestran satisfechas por su decisión de retirarlo del mercado.
Tambores de guerra agitan al producto estrella de las escuelas de negocios, el MBA o Máster en Administración de Empresas. Llegan de Estados Unidos, donde fue creado, y de Reino Unido, como suele ocurrir con casi todas las tendencias de este sector. Allí van creciendo el número de centros de formación de directivos que los retiran de su oferta. Los dan por muertos. Primero fue la prestigiosa London School of Economics; ahora es el King’s College de Londres, la Universidad de Wisconsin-Madison, la Tippie College of Business (Iowa) y la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte. En su lugar, estas instituciones han lanzado programas de big data, business analytics o inteligencia artificial, las nuevas herramientas que el mercado demanda a los ejecutivos.
En algunas instituciones los programas de administración de empresas llegan a representar hasta el 45% de sus ingresos
Algunas abandonan el MBA a tiempo completo (de uno o dos años de duración y para el que se pide poca experiencia laboral) por falta de alumnos o porque se trata de un programa cuyos costes son muy caros; otras, porque no aportan valor añadido sobre la extensa oferta de sus competidores y prefieren centrarse en los posgrados, donde sí ofrecen este diferencial; y otras, porque pierden dinero con este emblemático producto. Y todas se muestran satisfechas por su decisión de retirarlo del mercado.
La pregunta es clara: ¿Merece la pena arriesgarse a abandonar la carrera durante uno o dos años en el momento en el que somos más brillantes profesionalmente para cursar un Máster de Administración de Empresas que nos permita ascender?, se plantea Luc Theis, director general de Deusto Business School. “El MBA está en crisis porque tiene mucha competencia de productos que se adaptan mejor a las necesidades de los alumnos”, argumenta Theis, cuya organización educativa decidió prescindir de él hace unos cuantos años porque con la crisis económica tuvo problemas para comercializarse y Deusto prefirió centrarse en el más exclusivo Executive MBA, para directivos con mayor experiencia, donde “podemos aportar network”.El MBA vuelve a estar en entredicho, igual que durante la última crisis económica. Y ello se deja notar en España. “Se ha cuestionado el programa en muchas ocasiones desde sus inicios en los años sesenta”, recuerda el director general de IESE Business School, Franz Heukamp. Y “desde la recesión no resulta tan importante para algunos reclutadores disponer de este título; de hecho, las entidades financieras han dejado de considerar el MBA imprescindible para fichar a sus ejecutivos. Hay un problema de contenidos. Los MBA resultan demasiado generalistas”, sostiene Josep Maria Altarriba, decano de EAE Business School.
Renovarse o morir
“El modelo MBA como lo conocimos está muerto”, sentencia Ignacio de Pinedo, consejero delegado del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), “el nuevo MBA es el máster en negocios de Internet. Y no solo los contenidos son diferentes, sino también la metodología. Es un modelo en el que lo importante no es lo que aprendes, sino lo que implementas en la empresa”.
Para evitar que la demanda se agote, las escuelas de negocios españolas están intentando dar un giro total a su máster estrella. “En este sector tan dinámico necesitamos estar atentos a los cambios de paradigma. Más aún con un programa como el MBA, que goza de mucho prestigio”, declara la directora general de Esade Business School, Eugenia Bieto. Porque no hay que olvidar que para muchos centros de formación de directivos es el maná. En IESE, por ejemplo, 700 alumnos al año cursan el MBA full time, que ha crecido un 25% en los dos últimos años, y si contabilizamos el resto de formatos MBA, se acercan a 1.500 estudiantes, de manera que estos másteres suponen el 45% de la facturación de la escuela, según explica Franz Heukamp.
Renovarse es el paradigma. IE Business School decidió dar una vuelta de tuerca a su MBA a tiempo completo para situarlo en la vanguardia, porque, en opinión del presidente de IE University, Santiago Íñiguez de Onzoño, “no es que el programa MBA esté maduro, es que algunas escuelas de negocios están maduras”. La organización ha apostado por incorporar a su Máster de Administración de Empresas contenidos de big data y business analytics, de manera que los alumnos que lo cursan respondan a las demandas de las empresas y disfruten de una doble titulación, tan solicitada en la actualidad. “El MBA está muy vivo. Lo que hace falta es complementarlo con tecnología, con especialización, con nuevos formatos y una mayor presencia de mujeres en las aulas”, opina Íñiguez. IE tiene más de 700 alumnos en su programa estrella.
Personalización
Lo mismo ha hecho la Barcelona School of Management, dependiente de la Universidad Pompeu Fabra. “Ahora se pide que la formación sea transversal. Saber de humanidades, creatividad, big data y tecnología, conocimientos que van más allá del puro negocio. Y las escuelas hemos de dar estas herramientas”, indica Daniel Serra, decano del centro. La institución se decidió por personalizar sus MBA, introduciendo cada vez más asignaturas optativas para que este máster siga siendo la estrella de la educación ejecutiva adaptándose a cada alumno. Los estudiantes se plantean un proyecto individual que es el eje vertebrador de su aprendizaje, que es dirigido por un mentor académico.
Por su parte, Esade tiene previsto dar un vuelco a su MBA a tiempo completo el próximo curso, porque, en opinión de Eugenia Bieto, es un programa que no va a desaparecer, pero sí necesita repensarse. Con cerca de 375 estudiantes cada año, la idea de la entidad es que este máster esté muy pegado a la empresa y a la innovación. “Queremos formar a directivos transformadores, que sean los agentes del cambio”, explica. Y para ello han cambiado la metodología e incorporado creatividad, big data, robótica y todas las herramientas que facilitan la toma de decisiones actualmente. “Buscamos dar respuesta a lo que demandan las empresas: gente que sea capaz de liderar los cambios”, agrega Bieto.
Porque las principales escuelas de negocios españolas tienen claro que la demanda de MBA sigue siendo muy potente y deben darle respuesta. Los responsables de IE e IESE creen que los mejores centros de formación de directivos del mundo seguirán gozando de un creciente número de alumnos, en detrimento del resto de instituciones. “Los MBA quedarán para unas cuantas escuelas de renombre mundial y con presencia en los pimeros puestos de los principales rankings del sector”, coincide Theis.
Sin embargo, este momento no ha llegado todavía a España, donde los candidatos a cursar este máster siguen siendo muy cuantiosos. Tanto es así que la oferta, lejos de disminuir, crece. El CEU acaba de independizar a su escuela de negocios de la universidad porque la formación a profesionales debe impartirse por profesionales, según Álvaro Rico, director general de CEU Institute for Advanced Management Business School. Pero en este tránsito que ha supuesto una revisión completa del currículo, el MBA full time no se ha caído del catálogo, que se ha incrementado notablemente (de 8 a 52 programas). “Hay que formar a gestores y decisores con una visión de 360 grados de la empresa. Por eso el MBA tiene que seguir existiendo y lo que hay que hacer para que sobreviva es enriquecerlo con formación especializada en industrialización 4.0, robótica, inteligencia artificial…, como es nuestro caso”, argumenta.
Lo mismo ha hecho la Barcelona School of Management, dependiente de la Universidad Pompeu Fabra. “Ahora se pide que la formación sea transversal. Saber de humanidades, creatividad, big data y tecnología, conocimientos que van más allá del puro negocio. Y las escuelas hemos de dar estas herramientas”, indica Daniel Serra, decano del centro. La institución se decidió por personalizar sus MBA, introduciendo cada vez más asignaturas optativas para que este máster siga siendo la estrella de la educación ejecutiva adaptándose a cada alumno. Los estudiantes se plantean un proyecto individual que es el eje vertebrador de su aprendizaje, que es dirigido por un mentor académico.
Por su parte, Esade tiene previsto dar un vuelco a su MBA a tiempo completo el próximo curso, porque, en opinión de Eugenia Bieto, es un programa que no va a desaparecer, pero sí necesita repensarse. Con cerca de 375 estudiantes cada año, la idea de la entidad es que este máster esté muy pegado a la empresa y a la innovación. “Queremos formar a directivos transformadores, que sean los agentes del cambio”, explica. Y para ello han cambiado la metodología e incorporado creatividad, big data, robótica y todas las herramientas que facilitan la toma de decisiones actualmente. “Buscamos dar respuesta a lo que demandan las empresas: gente que sea capaz de liderar los cambios”, agrega Bieto.
Porque las principales escuelas de negocios españolas tienen claro que la demanda de MBA sigue siendo muy potente y deben darle respuesta. Los responsables de IE e IESE creen que los mejores centros de formación de directivos del mundo seguirán gozando de un creciente número de alumnos, en detrimento del resto de instituciones. “Los MBA quedarán para unas cuantas escuelas de renombre mundial y con presencia en los pimeros puestos de los principales rankings del sector”, coincide Theis.
Sin embargo, este momento no ha llegado todavía a España, donde los candidatos a cursar este máster siguen siendo muy cuantiosos. Tanto es así que la oferta, lejos de disminuir, crece. El CEU acaba de independizar a su escuela de negocios de la universidad porque la formación a profesionales debe impartirse por profesionales, según Álvaro Rico, director general de CEU Institute for Advanced Management Business School. Pero en este tránsito que ha supuesto una revisión completa del currículo, el MBA full time no se ha caído del catálogo, que se ha incrementado notablemente (de 8 a 52 programas). “Hay que formar a gestores y decisores con una visión de 360 grados de la empresa. Por eso el MBA tiene que seguir existiendo y lo que hay que hacer para que sobreviva es enriquecerlo con formación especializada en industrialización 4.0, robótica, inteligencia artificial…, como es nuestro caso”, argumenta.
Especialización
Esa es precisamente la idea de la recién creada CMI Business School. Su presidente y fundador, Rafael García, lo tiene claro. Su centro de formación de directivos va a ser el primero que se dedique ex profeso a la responsabilidad social corporativa y va a ofrecer un único programa: un MBA responsable que se puede hacer bajo tres modalidades: full time, a tiempo parcial y combinando clases y lecciones online. Vamos, lo que suelen hacer las escuelas de dirección. “El MBA está desapareciendo en muchas escuelas como tal, pero en otras se está adaptando a los nuevos tiempos. Acortando la duración del máster, porque la gente tiene menos tiempo y quiere dedicar menos dinero, y especializándolo, como estamos haciendo nosotros, porque las materias de toda la vida ya no son suficientes para los ejecutivos del siglo XXI”.
Esa es precisamente la idea de la recién creada CMI Business School. Su presidente y fundador, Rafael García, lo tiene claro. Su centro de formación de directivos va a ser el primero que se dedique ex profeso a la responsabilidad social corporativa y va a ofrecer un único programa: un MBA responsable que se puede hacer bajo tres modalidades: full time, a tiempo parcial y combinando clases y lecciones online. Vamos, lo que suelen hacer las escuelas de dirección. “El MBA está desapareciendo en muchas escuelas como tal, pero en otras se está adaptando a los nuevos tiempos. Acortando la duración del máster, porque la gente tiene menos tiempo y quiere dedicar menos dinero, y especializándolo, como estamos haciendo nosotros, porque las materias de toda la vida ya no son suficientes para los ejecutivos del siglo XXI”.
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